PASTEL SALADO DE PUERROS Y LANGOSTINOS
Si buscas una receta diferente, sabrosa y fácil de preparar, este pastel salado de puerros y langostinos es justo lo que necesitas.
Su combinación de sabores suaves y marinos lo convierte en un plato ideal tanto para una comida especial como para el día a día. Además, su textura cremosa y su aroma conquistarán a todos desde el primer bocado.
Por un lado, el puerro aporta un sabor delicado y ligeramente dulce que armoniza a la perfección con el toque del mar de los langostinos.
Por otro, el contraste entre lo cremoso del relleno y lo crujiente de la base (si decides añadir masa) eleva esta receta a otro nivel. Sin duda, es una opción que no pasa desapercibida en la mesa.
A medida que avances en la preparación, notarás lo sencillo que es darle forma, y cómo con pocos ingredientes puedes lograr un resultado espectacular.
Tanto si tienes invitados como si simplemente quieres darte un capricho, este pastel salado de puerros y langostinos se convertirá en uno de tus favoritos.
En definitiva, si quieres sorprender sin complicarte, este pastel salado de puerros y langostinos es la apuesta segura.
Una receta versátil, que puedes adaptar a tu gusto, y que te dejará con ganas de repetir.
INGREDIENTES DE LA RECETA
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2-3 puerros grandes (solo la parte blanca)
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250 g de langostinos pelados (pueden ser frescos o congelados)
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4 huevos
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200 ml de nata para cocinar (crema de leche)
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100 ml de leche
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1 lámina de masa quebrada o de hojaldre (opcional, si quieres base)
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Aceite de oliva virgen extra
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Sal y pimienta al gusto
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Nuez moscada (opcional)
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Queso rallado (opcional, para gratinar)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE PASTEL SALADO DE PUERROS Y LANGOSTINOS
En primer lugar, limpia bien los puerros y córtalos en rodajas finas.
A continuación, en una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sofríe los puerros a fuego medio-bajo durante unos 10 minutos, hasta que estén blanditos y ligeramente dorados. Añade una pizca de sal para que suelten agua más fácilmente.
Mientras tanto, si los langostinos son frescos, pélalos y trocéalos en pedazos medianos. Si son congelados, asegúrate de descongelarlos y escurrir bien el exceso de agua.
Luego, incorpora los langostinos a la sartén con los puerros y saltea todo junto durante 2-3 minutos, lo justo para que cojan color. Retira del fuego y reserva.
Por otro lado, en un bol grande, bate los huevos, añade la nata y la leche, y mezcla bien hasta que quede homogéneo. Añade sal, pimienta y una pizca de nuez moscada si te gusta ese toque especial.
Después, mezcla el sofrito de puerros y langostinos con la preparación líquida.
Si deseas base de masa, forra un molde (tipo quiche o redondo de unos 22-24 cm) con la masa quebrada u hojaldre, pinchando el fondo con un tenedor para que no suba.
A continuación, vierte la mezcla en el molde, sobre la masa (o directamente si no usas masa). Si quieres, espolvorea queso rallado por encima.
Finalmente, hornea a 180 ºC (horno precalentado) durante 35-40 minutos, o hasta que cuaje y esté doradito por arriba. Pincha con un palillo: si sale limpio, está listo.
Saca del horno y deja templar unos minutos antes de desmoldar. Se puede comer caliente, templado o frío, ¡como prefieras!
✅ Consejos para un pastel salado de puerros y langostinos perfecto
Sofríe bien los puerros. No tengas prisa: cuanto más caramelizados estén, más sabor aportarán al pastel. Hazlo a fuego medio-bajo para que se cocinen sin quemarse.
Seca bien los langostinos. Si usas congelados, escúrrelos a fondo. El exceso de agua puede hacer que el pastel quede aguado.
No sobrecocines los langostinos. Solo necesitan un par de minutos para coger color. Si los cocinas demasiado antes de hornear, perderán jugosidad.
Bate bien la mezcla líquida. Es importante que quede homogénea para que cuaje de forma uniforme en el horno.
Prueba la mezcla antes de hornear. Si lo deseas, puedes probar una cucharadita de la mezcla líquida antes de hornear para ajustar sal, pimienta y nuez moscada.
Usa molde antiadherente o engrasado. Si no usas masa como base, asegúrate de engrasar bien el molde con aceite o mantequilla para que no se pegue.
Deja templar antes de desmoldar. El pastel se asienta mejor al enfriarse unos minutos, lo que facilita cortarlo sin que se desmorone.
El queso rallado es opcional, pero aporta un extra. Le da un toque dorado y sabroso al gratinar que combina muy bien con el langostino.
🔄 Variantes de la receta
Con base o sin base: puedes hacer el pastel directamente sin masa para una versión más ligera, o usar masa quebrada u hojaldre si prefieres una presentación más tradicional tipo quiche.
Con otras verduras: prueba a añadir espinacas, calabacín en dados pequeños o champiñones salteados para enriquecer el relleno.
Con pescado: en lugar de langostinos, puedes usar trocitos de salmón fresco o ahumado, merluza o bacalao desmigado. También puedes combinarlos.
Con queso en el interior: incorpora un poco de queso rallado suave (emmental, gouda, mozzarella…) dentro de la mezcla para un relleno más fundente.
Sin nata: si quieres reducir la grasa, sustituye la nata por yogur natural sin azúcar o leche evaporada.
Con un toque de limón: ralla un poco de piel de limón en la mezcla para dar un toque cítrico que combina muy bien con los langostinos.
Versión mini: usa moldes de magdalena o tartaletas pequeñas para hacer porciones individuales, perfectas para aperitivos o cenas tipo buffet.
Decoración extra: al servir, puedes espolvorear con cebollino fresco picado o un toque de pimentón dulce por encima para decorar.