TORTITAS CRUJIENTES DE LANGOSTINOS
Descubre cómo hacer tortitas crujientes de langostinos al estilo gaditano, fáciles, sabrosas y perfectas como tapa o entrante.
Si te gustan las frituras con sabor a mar y un toque crujiente irresistible, esta receta te va a encantar.
En Andalucía, especialmente en Cádiz, saben cómo sacar partido al marisco, y estas tortitas no son la excepción.
Son ideales para compartir en una comida informal, como aperitivo o incluso para sorprender en una cena especial.
A lo largo del tiempo, las recetas tradicionales han ido dando lugar a variantes deliciosas, y esta es una de ellas.
Aunque se inspiran en las clásicas tortillitas de camarones, aquí el protagonista cambia, y el resultado no puede ser más sabroso. El contraste entre el interior jugoso y el exterior crujiente es simplemente adictivo.
Además, gracias a la harina de garbanzo, la textura se vuelve aún más ligera y crujiente, sin perder ese sabor a mar que tanto gusta.
Y es que hay recetas que enamoran al primer bocado, y esta es una de ellas. Ya sea para una ocasión especial o para darte un capricho, estas tortitas no fallan.
Sigue leyendo y descubre cómo convertir unos simples langostinos en una fritura dorada, crujiente y llena de sabor.
INGREDIENTES DE LA RECETA
- 150 g de langostinos pelados y troceados
- 100 g de harina de garbanzo
- 25 g de harina de trigo (opcional, para dar algo de cuerpo; puedes omitir si quieres sin gluten)
- 1/2 cebolla muy picada (puede ser cebolleta)
- Unas ramitas de perejil fresco picado
- 200 ml de agua fría (ajustar según textura)
- Sal al gusto
- Pimienta negra molida (opcional)
- Aceite de oliva suave o aceite de girasol (para freír)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE TORTITAS CRUJIENTES DE LANGOSTINOS
Pela los langostinos y córtalos en trocitos pequeños. Si quieres potenciar el sabor, guarda las cabezas y cáscaras para hacer un caldo en otra ocasión.
En un bol grande, tamiza la harina de garbanzo junto con la de trigo (si decides usarla). Añade una pizca de sal y, si te gusta, un poco de pimienta negra.
Añade la cebolla picada y el perejil. Luego, incorpora los langostinos troceados y remueve para que todo quede bien repartido.
Vierte el agua fría de forma gradual mientras mezclas. La masa debe quedar ligera, casi líquida, pero no aguada. Piensa en una textura similar a una natilla clarita. Ajusta con más agua o más harina si hace falta.
Esto no es obligatorio, pero mejora la integración de los sabores. Mientras tanto, pon a calentar el aceite.
En una sartén amplia, calienta abundante aceite. Cuando esté caliente pero no humeante, echa cucharadas de la masa, extendiéndolas para que queden finas.
Fríe a fuego medio-alto hasta que estén doradas y crujientes, dándoles la vuelta con cuidado.
Coloca las tortitas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Sírvelas calientes, aunque también están deliciosas templadas.
🧂 Consejos útiles para que salgan perfectas
Usa agua muy fría:El contraste con el aceite caliente ayuda a que las tortitas queden más crujientes. Incluso puedes meter el agua unos minutos al congelador antes de usarla.
La textura lo es todo: No te preocupes si la masa parece muy líquida al principio. Lo ideal es que se deslice fácilmente al verterla en la sartén, pero que mantenga cierta cohesión. Si queda demasiado espesa, saldrán densas; si queda muy aguada, no formarán buena estructura.
El reposo mejora el sabor: Aunque puedes freírlas enseguida, dejar reposar la masa 15–30 minutos ayuda a que se mezclen mejor los sabores y se hidraten bien las harinas. Mientras tanto, puedes preparar una guarnición o una salsa para acompañar.
No escatimes en aceite: Estas tortitas se fríen en aceite abundante, aunque no es necesario un baño profundo. La clave está en que el aceite esté bien caliente pero sin humear. Así se sellan rápido y no absorben demasiado.
El tamaño importa: Cuanto más finas las hagas, más crujientes resultan. Para ello, es buena idea extender ligeramente la masa con el reverso de la cuchara al echarla en la sartén.
🔄 Variantes para probar diferentes estilos
1. Si no tienes langostinos…
Puedes sustituirlos por gambas, camarones pequeños o incluso un poco de bacalao desmigado. También van bien trocitos de calamar o mejillón.
2. En caso de que prefieras una versión vegetariana…
Omite los langostinos y añade en su lugar espinacas muy picadas, zanahoria rallada, cebollino o incluso setas salteadas. El resultado sigue siendo sabroso y muy crujiente.
3. Si no quieres usar harina de trigo…
Puedes hacerlas 100 % con harina de garbanzo, o incluso usar una mezcla con harina de arroz para darles ligereza sin perder textura. Esto es ideal si buscas una receta sin gluten.
4. Para una versión más especiada…
Agrega a la mezcla una pizca de comino molido, cúrcuma o incluso unas hebras de azafrán. Estos sabores casan muy bien con los langostinos y dan un toque diferente.
5. ¿Te sobró masa?
Se puede guardar en la nevera unas horas, bien tapada. Eso sí, vuelve a removerla antes de freír, porque la harina tiende a decantar al fondo.
6. ¿Y si quieres una textura aún más ligera?
Puedes añadir un chorrito de agua con gas o cerveza muy fría en lugar de parte del agua. El gas ayuda a que queden más aireadas y crujientes.