Receta de tarta de queso con fresas y nata

TARTA DE QUESO CON FRESAS Y NATA

Esta tarta de queso con fresas y nata es la opción perfecta para aquellos que buscan un postre fácil y delicioso sin necesidad de horno.

Su textura cremosa y su sabor suave la convierten en un plato irresistible para cualquier ocasión.

Además, es muy sencilla de preparar y no requiere complicaciones.

La base, hecha con galletas trituradas y mantequilla derretida, aporta el toque crujiente que combina a la perfección con el relleno de queso.

Al dejarla enfriar en la nevera, se consigue una tarta firme, pero a la vez muy suave y ligera. Por lo tanto, es ideal para disfrutar en cualquier época del año.

Lo mejor de esta receta es la decoración, que consiste en una capa generosa de nata montada y fresas frescas cortadas a la mitad.

Las fresas añaden un toque de frescura y un contraste de sabor que realza la tarta de queso con fresas y nata.

Sin duda, un detalle que hará que tu postre se vea y sepa espectacular.

Finalmente, esta tarta es una opción perfecta para cualquier reunión o celebración.

No solo es fácil de hacer, sino que también luce increíble en la mesa. Con su combinación de sabores suaves y frescos, es una receta que encantará a todos.

INGREDIENTES DE LA RECETA DE TARTA DE QUESO CON FRESAS Y NATA

Base:

  • 200 g de galletas tipo Digestive o María
  • 80 g de mantequilla derretida

Relleno:

  • 500 ml de nata para montar (mínimo 35% MG)
  • 400 g de queso crema (tipo Philadelphia)
  • 100 g de azúcar
  • 1 sobre de cuajada en polvo o 6 hojas de gelatina o 7 g de gelatina en polvo neutra
  • 100 ml de leche (para disolver la cuajada o gelatina)

Decoración:

  • 200 ml de nata para montar (con un poco de azúcar al gusto para endulzarla)
  • Fresas frescas cortadas a la mitad

PREPARACIÓN DE LA RECETA DE TARTA DE QUESO CON FRESAS Y NATA

Tritura las galletas hasta hacerlas polvo.

Seguidamente mezcla con la mantequilla derretida.

Vierte la mezcla en un molde desmontable (20-22 cm), presiona bien para compactar la base.

Cuando la tengas, mete en la nevera mientras preparas el relleno.

A continuación calienta la nata (500 ml), el queso crema y el azúcar en un cazo a fuego medio, removiendo hasta que se integre todo y quede sin grumos.

Disuelve la cuajada o la gelatina en la leche fría, asegúrate de que se deshaga bien.

Luego añade la mezcla de cuajada o gelatina al cazo y sigue removiendo hasta que comience a espesar (no debe hervir si usas gelatina).

Vierte la mezcla sobre la base de galletas y deja enfriar a temperatura ambiente.

Después mete la tarta en la nevera mínimo 4 horas (mejor de un día para otro).

Seguidamente monta la nata con azúcar al gusto (opcional: añade un poco de estabilizante para nata).

Cubre la superficie de la tarta con una capa fina de nata montada.

Coloca las fresas cortadas a la mitad, decorando al gusto.

✅ Consejos finales para que la tarta salga de diez

El molde importa: Usa un molde desmontable y, si es posible, forra la base con papel de horno para facilitar el desmoldado.

Compacta bien la base: Presiona con el dorso de una cuchara o un vaso para que quede firme y nivelada. Esto evitará que se desmorone al cortarla.

Textura perfecta: No dejes hervir la mezcla si usas gelatina, ya que perdería su capacidad de cuajar. Con la cuajada, en cambio, sí puede alcanzar un ligero hervor.

Enfriado correcto: Deja enfriar a temperatura ambiente antes de meterla en la nevera, para evitar que la mezcla se agriete o pierda textura.

Reposo ideal: Aunque con 4 horas basta, si la dejas de un día para otro, mejora mucho la textura y el sabor.

Decoración al momento: Coloca la nata montada y las fresas poco antes de servir, para que estén frescas y no suelten líquido.

🔄 Variantes de la receta para innovar o adaptarla

  1. Base diferente:

    • Sustituye las galletas Digestive por galletas de chocolate o incluso por una mezcla de frutos secos y dátiles triturados para una versión sin gluten.

    • Añade una pizca de canela o ralladura de limón a la base para aromatizarla.

  2. Sabor en el relleno:

    • Incorpora unas gotas de esencia de vainilla o ralladura de limón o naranja.

    • Para una versión más ligera, sustituye parte del queso crema por yogur griego.

  3. Frutas alternativas:

    • Prueba con frutos rojos (arándanos, frambuesas) o mango en lugar de fresas.

    • También puedes hacer un coulis de frutas y cubrir la tarta con él antes de decorarla con la nata.

  4. Cobertura creativa:

    • En lugar de nata, cubre con una capa fina de mermelada de fresa (previamente calentada y colada) para un acabado más brillante.

    • Espolvorea almendra laminada, virutas de chocolate o coco rallado sobre la nata para dar textura.

  5. Versión sin lactosa:

    • Usa nata vegetal para montar y queso crema sin lactosa.

    • Comprueba que la gelatina sea apta para intolerantes.

  6. Mini tartas individuales:

    • Utiliza vasitos o moldes pequeños para hacer presentaciones individuales, ideales para fiestas o picoteos dulces.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *