TARTA DE QUESO CON DULCE DE LECHE RECETA FÁCIL
¿Te apetece un postre irresistible que combine lo mejor de dos mundos? La tarta de queso con dulce de leche es la elección perfecta para sorprender a tus invitados o darte un capricho en cualquier momento.
Con una base crujiente y un relleno suave y cremoso, esta receta de tarta se convertirá rápidamente en tu favorita.
Lo mejor de todo es que no necesitas ser un experto en la cocina para lograrla.
La tarta de queso con dulce de leche es fácil de hacer y no requiere ingredientes complicados. Además, el dulce de leche aporta un toque dulce y suave que lleva la receta a otro nivel.
No hay nada como el contraste entre la suavidad del queso y el sabor profundo del dulce de leche.
Cada bocado es una explosión de sabor que te hará desear más. Perfecta para cualquier celebración o simplemente para disfrutar en casa.
Al final, lo que realmente marca la diferencia es esa capa de dulce de leche por encima, que convierte esta tarta en una auténtica delicia. ¿Te atreves a probarla? No te arrepentirás.
INGREDIENTES DE LA RECETA
Para la base:
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200 g de galletas tipo Digestive o María
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80 g de mantequilla derretida
El relleno:
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600 g de queso crema (tipo Philadelphia)
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200 ml de nata para montar (mínimo 35% MG)
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150 g de azúcar
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3 huevos grandes
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1 cucharada de harina de trigo
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1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
Para decorar:
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Dulce de leche al gusto (unos 150-200 g)
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Unas nueces o almendras picadas (opcional)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE TARTA DE QUESO CON DULDE DE LECHE
Tritura las galletas hasta hacerlas polvo y mézclalas con la mantequilla derretida.
Forra el fondo de un molde desmontable (22-24 cm) con esta mezcla, presionando bien.
Reserva en la nevera mientras haces el relleno.
En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar hasta que esté suave.
Luego añade la harina y mezcla bien. Incorpora los huevos uno a uno, batiendo suavemente, sin sobre batir.
Después, añade la nata y la vainilla, y mezcla hasta integrar.
Vierte la mezcla sobre la base. Hornea a 170 ºC (precalentado) durante 50-60 minutos, o hasta que el centro esté casi cuajado (tembloroso pero firme).
Puedes usar el truco del palillo: debe salir con algo de humedad, pero sin restos líquidos.
Deja enfriar dentro del horno con la puerta entreabierta, así evitarás que se agriete.
Luego refrigera un mínimo de 4 horas, mejor de un día para otro.
Una vez fría, cubre la superficie con dulce de leche, extendiéndolo suavemente con una espátula. Si quieres, añade nueces por encima para darle un toque crujiente.
✅ Consejos para una tarta de queso cremosa y sin grietas
Tritura bien las galletas. Cuanto más finas queden, más firme y uniforme será la base. Puedes usar una picadora o meterlas en una bolsa y aplastarlas con un rodillo.
Presiona bien la base. Usa el dorso de una cuchara o un vaso para compactar bien la mezcla en el molde. Así evitarás que se desmorone al cortar.
No sobre batas la mezcla. Bate solo lo justo para integrar los ingredientes. Si incorporas demasiado aire, puede agrietarse durante el horneado.
Añade los huevos uno a uno. Así se integran mejor y evitas que la mezcla se corte o se vuelva líquida.
No te saltes la cucharada de harina. Ayuda a estabilizar la mezcla y a que tenga una textura más firme, especialmente importante si luego vas a cubrirla con dulce de leche.
Horno a temperatura controlada. Hornear a 170 °C evita que se cocine muy rápido por fuera y se agriete por dentro. Cada horno es distinto, vigila a partir de los 50 minutos.
No pinches la tarta en exceso. El centro debe temblar ligeramente al mover el molde. Se terminará de cuajar mientras se enfría.
Enfría poco a poco. Déjala dentro del horno con la puerta entreabierta tras apagarlo. Así evitas cambios bruscos de temperatura que producen grietas.
Reposo obligatorio. Refrigérala al menos 4 horas, aunque lo ideal es de un día para otro. Esto mejora la textura y el sabor.
Aplica el dulce de leche con cuidado. Si está muy espeso, puedes calentarlo unos segundos en el microondas para que se extienda más fácilmente sin dañar la superficie.
🔄 Variantes de la receta
Tarta con base de frutos secos: mezcla galletas con nueces o almendras trituradas para un sabor más intenso y textura diferente.
Versión sin gluten: usa galletas sin gluten y sustituye la harina por maicena o harina de arroz.
Tarta de queso con dulce de leche al horno (mezclado): añade 2 o 3 cucharadas de dulce de leche directamente al relleno antes de hornear. Obtendrás un sabor más caramelizado.
Cobertura diferente: si no tienes dulce de leche, puedes usar mermelada de frutos rojos, caramelo, chocolate fundido o incluso una capa fina de nata montada.
Con toque salado: añade una pizca de sal en la base de galletas o un toque de flor de sal en el dulce de leche para contrastar sabores.
Tarta sin horno: si quieres una versión sin hornear, sustituye los huevos por 5 hojas de gelatina (hidratadas y disueltas en nata caliente), y refrigera mínimo 6 horas.