Receta de croquetas crujientes de carne

CROQUETAS CRUJIENTES DE CARNE

Si eres fan de los aperitivos caseros, las croquetas crujientes de carne te van a encantar.

Con su exterior dorado y su interior cremoso, son un bocado perfecto. Es un plato que, aunque sencillo, siempre sorprende por su sabor y textura.

La receta de las croquetas crujientes de carne es ideal para esos momentos en los que te apetece algo sabroso y fácil de hacer.

No importa si las preparas para una reunión o como comida rápida; siempre serán un éxito en la mesa.

Lo mejor de estas croquetas es que se pueden personalizar a tu gusto.

Puedes añadirles especias o incluso acompañarlas con alguna salsa especial. Sea cual sea tu elección, su sabor siempre será delicioso.

¿Te animas a probarlas? Con esta receta, sorprenderás a todos con un plato clásico y lleno de sabor, perfecto para disfrutar en buena compañía.

INGREDIENTES DE LA RECETA

  • 500 g de carne picada (puede ser de ternera, cerdo o una mezcla)
  • 1 cebolla pequeña (picada finamente)
  • 2 dientes de ajo (picados)
  • 50 g de mantequilla
  • 50 g de harina
  • 500 ml de leche
  • Sal y pimienta al gusto
  • Nuez moscada (opcional)
  • Aceite para freír
  • Pan rallado (para empanar)
  • 1 huevo (batido, para empanar)

PREPARACIÓN DE LA RECETA DE CROQUETAS CRUJIENTES DE CARNE

En una sartén grande, añade un poco de aceite y sofríe la cebolla y el ajo hasta que estén dorados.

Después incorpora la carne picada y cocina a fuego medio-alto hasta que se dore y se cocine bien. Sazona con sal, pimienta y, si te gusta, un poco de nuez moscada.

En otra sartén, derrite la mantequilla a fuego medio y añade la harina. Remueve bien durante un par de minutos para hacer un roux (base de la bechamel).

Poco a poco, agrega la leche, sin dejar de remover para evitar grumos. Cocina a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que la mezcla espese.

Añade la carne sofrita a la mezcla de bechamel y mezcla bien. Cocina todo junto durante unos minutos para que se integren los sabores. Ajusta de sal y pimienta al gusto.

Vierte la mezcla en una fuente o bandeja, cubre con papel film y deja enfriar completamente en la nevera durante al menos 2 horas (puedes dejarla más tiempo si lo prefieres).

Una vez la masa esté fría y firme, forma las croquetas con tus manos, dándoles la forma que prefieras (redondas o alargadas).

Pasa cada croqueta primero por el huevo batido y luego por el pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas.

Calienta abundante aceite en una sartén o cacerola profunda a fuego medio-alto. La cantidad de aceite debe ser suficiente para que las croquetas se frían bien.

Fría las croquetas en tandas, sin sobrecargar la sartén, durante unos 3-4 minutos o hasta que estén doradas y crujientes.

Sácalas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Sirve las croquetas calientes, acompañadas de una salsa o como aperitivo.

✅ Consejos para unas croquetas perfectas

Pica la cebolla y el ajo muy finos, casi como una pasta, para que se integren bien en la masa y no se noten trozos grandes al morder.

No escatimes en el tiempo del roux. Cocina bien la mezcla de mantequilla y harina antes de añadir la leche para evitar sabor a crudo.

Agrega la leche poco a poco y sin parar de remover con varillas. Así lograrás una bechamel sin grumos y con la textura justa.

La masa debe espesar bastante. Si queda muy líquida, las croquetas no se formarán bien. Debe despegarse de las paredes de la sartén.

Enfría bien la masa antes de formar. El reposo en la nevera es crucial para que tome cuerpo y puedas manejarla sin que se deshaga.

Reboza con cuidado. Asegúrate de que cada croqueta quede bien cubierta con huevo y pan rallado para que no se abran al freírlas.

Fríe en aceite bien caliente, pero no humeante. Así se doran rápido sin absorber demasiado aceite ni explotar.

Haz pruebas con una primera croqueta. Sirve para comprobar si la masa tiene la textura adecuada o si el aceite está en su punto.

🔄 Variantes de la receta

Con sobras de cocido o asado: aprovecha restos de carnes cocidas picadas finamente en vez de carne picada fresca. Aportan más sabor.

Con pollo desmenuzado: sustituye la carne por pollo cocido o asado. Es ideal para una versión más suave y también para aprovechar sobras.

Con queso fundido: añade un puñado de queso rallado fuerte (como parmesano o manchego curado) a la bechamel justo antes de añadir la carne.

Con especias o hierbas: prueba a añadir curry, pimentón ahumado, tomillo o perejil picado a la masa para variar el sabor.

Versión sin gluten: utiliza harina y pan rallado sin gluten. También puedes usar maicena para el roux, ajustando cantidades.

Croquetas al horno: si quieres evitar frituras, hornéalas a 200 ºC con un chorrito de aceite por encima hasta que estén doradas, aunque quedarán algo menos crujientes.

Rebozado doble: para un crujiente extra, pasa las croquetas por huevo y pan rallado dos veces antes de freírlas.

Croquetas mini para aperitivo: hazlas del tamaño de una nuez y sírvelas con palillos como tapa o entrante elegante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *