BIZCOCHO DE QUESO Y MANDARINA
Este bizcocho de queso y mandarina es una combinación perfecta entre lo suave y lo fresco.
La textura cremosa del queso se fusiona perfectamente con el sabor cítrico y refrescante de la mandarina, creando una experiencia única para tu paladar.
Por lo tanto, es una opción ideal para quienes buscan un postre delicioso y ligero.
Además, su preparación es sencilla, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes desean un postre sin complicaciones.
Con ingredientes fáciles de conseguir y un glaseado de mandarina que aporta un toque brillante, este bizcocho de queso y mandarina es todo lo que necesitas para darle un giro a tus recetas tradicionales.
Lo mejor de todo es que este bizcocho es tan versátil que puede servir para diversas ocasiones.
Desde un desayuno especial hasta una merienda en familia, este bizcocho de queso y mandarina es siempre la elección perfecta.
De este modo, puedes adaptarlo a cualquier momento del día y sorprender a tus seres queridos.
Por otro lado, el glaseado de mandarina no solo decora, sino que también potencia el sabor, haciendo que cada bocado sea irresistible.
Si buscas un postre que combine lo mejor de la repostería casera con un toque de frescura, este bizcocho de queso y mandarina es la opción ideal. No dudes en probarlo y disfrutar de su sabor único.
INGREDIENTES DE LA RECETA DE BIZCOCHO DE QUESO Y MANDARINA
Para el bizcocho:
- 1 mandarina (su jugo y la ralladura de su cáscara)
- 200 g de queso crema (tipo Philadelphia)
- 3 huevos
- 200 g de azúcar
- 200 g de harina
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 120 ml de aceite de girasol o mantequilla derretida
- Una pizca de sal
Para el glaseado de mandarina:
- 100 g de azúcar glas
- 2-3 cucharadas de jugo de mandarina (ajusta según lo espeso que desees el glaseado)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE BIZCOCHO DE QUESO Y MANDARINA
En primer lugar, precalienta el horno a 180°C (350°F) y engrasa un molde para bizcocho de unos 22 cm de diámetro.
A continuación, en un bol grande, bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y suave.
Luego, añade el queso crema, el aceite (o mantequilla derretida) y la esencia de vainilla, y mezcla bien.
Seguido de esto, ralla la cáscara de la mandarina y exprime su jugo. Agrega ambos a la mezcla y mezcla hasta integrar bien.
Después, tamiza la harina, el polvo de hornear y la pizca de sal, y agrégalo poco a poco a la mezcla líquida. Remueve con una espátula o batidor manual hasta que esté todo bien combinado.
A continuación, vierte la mezcla en el molde y hornea durante unos 40-50 minutos o hasta que un palillo salga limpio al insertarlo en el centro del bizcocho.
Una vez horneado, deja enfriar el bizcocho en el molde durante 10 minutos y luego desmóldalo para que se enfríe completamente.
Para el glaseado, en un bol pequeño, mezcla el azúcar glas con el jugo de mandarina hasta que quede una pasta suave y espesa. Si el glaseado está muy espeso, añade un poco más de jugo de mandarina hasta conseguir la consistencia deseada.
Finalmente, vierte el glaseado sobre el bizcocho una vez que esté completamente enfriado. Puedes usar una espátula para extenderlo de manera uniforme.
Si lo deseas, puedes añadir rodajas finas de mandarina o trozos de su cáscara confitada como decoración.
✅ Consejos finales para un bizcocho de queso y mandarina perfecto
Usa mandarinas bien aromáticas: Cuanto más frescas y dulces estén, más sabor aportarán. Asegúrate de lavarlas bien antes de rallar la piel.
Ralla solo la parte naranja: Evita rallar la parte blanca de la cáscara (albedo), ya que puede aportar amargor al bizcocho.
Queso crema a temperatura ambiente: Sácalo de la nevera al menos 30 minutos antes para que se mezcle fácilmente con el resto de ingredientes y no queden grumos.
No sobremezcles la masa: Una vez añadas la harina, remueve solo lo justo para integrar. Así el bizcocho quedará más tierno y esponjoso.
Controla el horneado: Cada horno es diferente. Empieza a revisar el bizcocho a partir de los 40 minutos. Si se dora demasiado por arriba, cúbrelo con papel de aluminio.
Deja enfriar bien antes del glaseado: Si lo cubres caliente, el glaseado se derretirá y no se fijará bien.
Textura del glaseado: Debe quedar espeso pero fluido. Si lo quieres más brillante, puedes añadir unas gotas de miel o un poco de mantequilla derretida.
🔄 Variantes para personalizar tu bizcocho
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Versión con naranja: Puedes sustituir la mandarina por naranja si lo prefieres, manteniendo las mismas cantidades. Obtendrás un sabor más intenso y tradicional.
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Toque especiado: Añade una pizca de canela, jengibre o cardamomo a la masa para un matiz cálido y aromático.
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Bizcocho relleno: Parte el bizcocho en dos y úntalo con mermelada de mandarina o queso crema endulzado antes de montar y glasear.
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Decoración con frutos secos: Añade almendras laminadas o nueces picadas por encima del glaseado para un toque crujiente.
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Formato individual: Hazlo en moldes de magdalena o mini bizcochitos. Reduce el tiempo de horneado a 20-25 minutos, según el tamaño.
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Sin glaseado: Si buscas una versión más ligera, simplemente espolvorea azúcar glas por encima una vez frío. También puedes añadir un poco de ralladura por encima para reforzar el aroma.